La actriz no quiere ni cree que permanezca durante toda su vida en las artes escénicas
ERÉNDIRA GÓMEZ
Caracas. Aunque nunca deseó ni pensó en hacer carrera en la actuación, la figura joven de Engañada está feliz con su actual labor.
En un descanso de los ensayos, se sometió al grabador y nuestras preguntas, sin abandonar su sonrisa.
Apesar de su corta trayectoria escénica, en tanto sólo ha lidiado con la fracasada Mambo y canela, saltando poco después a ser la protagonista de la historia de las nueve de la noche en Venevisión, esta convencida de que las primeras damas de las telenovelas rosa, como Marisela, su actual personaje, siempre deben ser sufridas.
"Es que les pasa todo a ellas, lo bueno y lo malo, eso mueve las tramas". comentó.
"Apesar de ser mi debut en este tipo de historias, me encantan las novelas rosa. Hay público para todo y éstas, no se puede decir que pasaron de moda. Eso depende de la gente. Disfruto esta interpretación porque es muy real".
Hablando de si pasada esta prueba de fuego, se considera ya una actriz completa, menciona: "Creo que ninguno se gradúa nunca, necesitamos prepararnos y continuar estudiando todo el tiempo. Esta experiencia me ha ayudado mucho a comenzar mi carrera, porque he tenido que prepararme más rápido que otros".
Volviendo a mostrar una amplia y complacida risita, confiesa que todavía la vida le da sorpresas y espera se las continúe brindando siempre.
No tiene planteado quedarse anclada tras las cámaras, aceptará lo deparado por el destino.
"Despuésde lo vividonomepongo metas, si no puedes cumplirlas te frustras. Fui miss y actriz sin quererlo, por eso ahora tengo proyectos, si se dan bien, si no igual.
No me preocupa salir del medio mañana o pasado, mis intenciones son otras. La vida me ofrecerá bonitas oportunidades". •
LE APUESTA AL TRIUNFO
Verónica Schneider, definitivamente no es de las mujeres que se amedrentan, lo suyo es darle frente a los proyectos que se ha pautado.
Se reconoce como alguien que permanentemente apuesta al triunfo, sabiendo la existencia de tropiezos a conseguirse en el camino. Afirma que de esos también aprende, en tanto son los impulsadores de la experiencia y el empuje para asumir nuevos triunfos o fracasos. Precisamente con esa actitud espera salir airosa de este reto, afrontando los próximos proyectos con a misma valentía.
Habla de su participación en Mambo y canela, como un proyecto que no tuvo suerte, no funcionó, sin dar mucha importancia al rotundo fracaso que significó.