ENTREVISTA
El actor venezolano volvió a las telenovelas. Interpretará a un malo-malo en “La invasora”, el drama que estrenará Rctv en octubre con las actuaciones de Daniela Alvarado, Juan Carlos García y Mimí Lazo
Después de pasar un tiempo retirado en su finca, cuidando de sus caballos y dedicado de lleno a la cría de perros, Jean Carlo Simancas vuelve a las telenovelas.
El actor venezolano formará parte del elenco de la telenovela “La invasora”, que Rctv estrenará a principios de octubre, y que protagonizarán Daniela Alvarado y Juan Carlos García.
-Cuentenos algo del argumento de “La invasora”.
-Esta telenovela gira alrededor de un empresario muy poderoso que se llama Ignacio Martínez Arcaya, quien va empujando a todo el mundo a hacer lo que él quiere. Se trata de una historia en la que todo el mundo espía a los demás e invade la intimidad de los que le rodean. Yo soy ese malvado empresario.
-їY cómo se siente haciendo otra vez de malo? -La verdad es que a mí me divierte muchísimo, porque, a veces estos personajes se acaba ganando el afecto del público. Además, creo que lo que muestra la telenovela coincide con la vida real: la gente va pisando a los demás porque, de alguna manera, la vida le ha puesto en ese camino.
Es como la historia de mi país, Venezuela. Yo no digo que nuestro presidente, Hugo Chávez, no sea horrible, de hecho todos queremos que se marche, pero supongo que él tendrá sus motivos para actuar así. De cualquier manera, el daño que él está haciendo al país tiene que acabar de algún modo.
-їDe qué depende que el público acepte a un villano? -En muchas telenovelas, si al final el personaje logra que el público se identifique con él, es porque el propio actor va encaminando la historia para que sea aceptado y perdonado.
Yo trato a mis personajes con esa piedad. Sea como sea, el personaje hay que amarlo para después poder interpretarlo.
-Parece que usted tiene dominada la técnica para dar vida al malo de la historia...
-Bueno, yo lo que hago es interpretar el personaje como a un hombre y no como a un estereotipo de mala persona. De este modo la gente termina entendiendo que es solamente un hombre que intenta sortear los obstáculos que la va poniendo la vida, aunque no lo haga de la manera más adecuada...
-їEn quién se ha fijado para interpretar a este villano? -No hay que buscar mucho, en Venezuela tenemos a uno muy cercano... Me refiero a nuestro presidente, Hugo Chávez. Él es quien más se acerca ami personaje, pues yo todavía no he encontrado a otra persona que se le parezca más.
-їCuánto durarán grabando? -Empezamos hace una semana, después de estar ensayando un tiempo, poniendo a punto el vestuario, etc. En principio está previsto que grabemos durante nueve meses más o menos, aunque, como siempre, todo depende de la acogida que tenga la novela una vez que se empiece a emitir en la pequeña pantalla.
-Llevaba tiempo sin hacer telenovelas, їquería volver? -Sí, aunque reconozco que, cuando me llamaron, tenía la cabeza en otras cosas.
Sin embargo, ahora estoy entusiasmado con este proyecto. Cuando decides tomarte un descanso en tu trabajo, empiezas a disfrutar de una serie de cosas de las que antes no podías: de la tranquilidad, de tus hijos, de tus animales... Ahora estaré sólo la mitad del tiempo en mi finca.
-їCómo es el ambiente que se vive en las grabaciones de la novela? -Muy bueno. En cuanto conocí ami hijo en la telenovela, Juan Carlos García, me pareció un chico muy cercano. Seguro que nos vamos a entender a la perfección.
Por otro lado está Fedra López, por quien siento un gran afecto. Tengo un recuerdo muy bello de ella cuando hicimos “Kaina”.
En aquella época Fedra despuntaba como actriz y ahora ha crecido mucho profesionalmente.
Es un orgullo trabajar a su lado.
-Su ex mujer, Mimí Lazo, también participa en la novela...
-Mimí y yo no tenemos ningún problema, hablamos tranquilamente. Bueno, si no acabamos tirándonos de los pelos, que también puede pasar (Risas).
Cuando hay una historia tan intensa como lo fue la nuestra, a veces no te das cuenta y terminas peleándote...
Hasta que piensas que ya no estás con esa persona y que los conflictos los puedes solucionar de otro modo. Así que, al final, siempre terminamos queriéndonos.