ЪLTIMAS NOTICIAS | Domingo 14 de Septiembre de 2003
CRÓNICA
SE CUMPLEN 15 AÑOS DE LA MUERTE DE UNA ARTISTA INCONFORME E INTENSA
Doris Wells encarnaba la búsqueda de retos
Crítica del medio, llegó a retirarse de la TV por breves períodos
En sus últimos años se dedicó a escribir para la pequeña pantalla
El próximo sábado se cumplen 15 años de la muerte de Doris Wells, la gran actriz de la televisión venezolana de todos los tiempos, no solamente porque elevó el arte histriónico a niveles de excelencia -por su versatilidad para encarar los más variados personajes, sino también por la seriedad y rigurosidad que le impuso a su oficio, lo que la llevó no pocas veces a denigrar, y hasta retirarse por breves períodos, del medio que la hizo famosa.
Con Doris mantuve una larga amistad, y puedo dar fe de que era una mujer de contradicciones, intensa pero llena de buen humor.
Poseía unos bellos y expresivos ojos. Alguna vez dijo que éstos actuaban por ella, y así lo demostró cuando interpretó a las célebres mellizas de la telenovela їQué pasó con Jacqueline? Por supuesto, una era buena; y la otra, si no mala, más bien demente. A la desequilibrada, los ojos de la actriz le otorgaron un toque de misteriosa inquietud.
Cuando este personaje hablaba consigo mismo frente a un espejo, nos enfrentamos a una intérprete dispuesta a llevarnos a esa constante búsqueda de lo diferente, a aquello que se atreve a ir más allá de lo esperado. Sus ojos parecían decir -o callar- todo.
Poseía Doris una latente violencia que podía estallar en cualquier momento. En sus actuaciones parecía que le gustaba romper cosas, como si en esos actos evidenciara su insatisfacción con el medio y con ella misma.En La fiera destruyó un decorado y hasta se cortó un pie con unas botellas que cayeron al piso y se rompieron en plena escena. En Porcelana, después de un curioso monólogo que se asemejaba a una sátira de los comerciales de televisión en los que había actuado, se dedicó a destruir metódicamente un arsenal de cosméticos; y en La hora menguada arrojó estrepitosamente al suelo el portarretrato de su fallecido esposo en la ficción. Estos desatinos los canalizaba luego en mejorar su labor como actriz y afinar su talento de escritora, una disciplina que abordó en sus últimos años.
Sabía escribir con profundidad.
Su estilo era muy personal, como su ronquita voz. Leí algunos de sus cuentos, que espero sean publicados algún día, y quedé gratamente sorprendido por su apreciable calidad. Pero más que incursionar en la literatura, Doris prefirió volcar ese talento en libretos escritos especialmente para la TV, obras como Porcelana, Soledad (magistralmente estelarizada por Caridad Canelón) y Derrota final.
їPor qué rindo homenaje a Doris Wells? Porque era, no solamente una buena amiga, sino también por su postura ante la vida y su profesión, que es ejemplo para muchos de sus colegas, en un medio en el cual no abunda precisamente la gente preparada o dedicada, con conciencia del oficio, donde una cara bonita o un carnet de miss son los escasos requisitos hoy día para alcanzar el estrellato. •