23 / El Mundo / Lunes / Caracas , 17 de Noviembre de 2003
RETAZOS
Fernando Carrillo crucificado
La pugnacidad política nos ha llevado a extremos peligrosos.
La entrevista exclusiva con Fernando Carrillo, que publicamos el miércoles pasado en El Mundo, en la cual el actor habló de sus razones para apoyar iniciativas del gobierno como la Misión Ribas, y expresó los motivos que tuvo para asistir al programa “ЎAló Presidente!” del domingo 9 de noviembre, provocó reacciones airadas, y hasta desproporcionadas, en algunos comunicadores de la oposición. Calificativos como “vendido” y “fracasado” fueron algunos de los más pálidos que profirieron en su contra en no pocos programas radiales. Con este lenguaje y otras opiniones nada edificantes -que no se diferencian en nada a las de los chavistas más talibanes- se pretendió descalificar a quien, como corresponde en toda democracia, manifestó pública y libremente su posición política. Para nadie es un secreto lo que pensamos de este nefasto régimen, lo cual concretaremos con nuestro voto en el Referéndum Revocatorio, pero eso no quiere decir -como me lo sugirió un querido amigo, productor radial, en un correo electrónico- que durante una entrevista, que fue eminentemente informativa, la emprendiéramos con calificativos e improperios contra Carrillo, sólo porque sus puntos de vista difieren de los nuestros. Nada de eso, debemos acostumbrarnos a vivir y ejercer la democracia.
Necesitamos una reconciliación urgente y mayor tolerancia por parte de quienes asumen la delicada tarea de tener en sus manos una tribuna pública, bien sea en radio, prensa o televisión. Ese lenguaje hay que cambiarlo o, de lo contrario, continuaremos con la brújula perdida.