Biografia
de Fabiola Colmenares
María
Fabiola Colmenares Rodríguez nació el 28 de agosto de 1974
en Barquisimeto, Estado Lara, bajo el signo Virgo. La ciudad musical de
Venezuela albergó los primeros años de esta talentosa
actriz, un tanto tímida en su infancia, que siempre veía
el televisor y desde muy chica, albergava la ilusión de por lo
menos aparecer una vez en alguna cuña de Navidad de Venevisión.
Estudió
en un colegio de monjas y terminado su bachillerato, empezó a
cursar la carrera de administración y contaduría, pero el
llamado para el Miss Venezuela del año 94, hizo que cambiara los
estudios por la pasarela y las luces. Fue la inolvidable Miss Lara 94 y
desde el primer momento llamó la atención por su porte y
elegancia, colocándose entre las favoritas de ese año.
Pasó
a la historia de este concurso en la esperada presentación
oficial a la prensa, ya que rompió el protocolo del desfile, para
agradecer a los periodistas por el apoyo brindado a ella y al certamen
en general, con lo cual se los metió en un bolsillo. Desde ese
momento, todos le vaticinaron un promisorio futuro en la animación
y la locución, ya que los logró cautivar con su dulce y
aterciopelada voz.
Llegó
el día de la noche final, en septiembre del 94 y para sorpresa de
muchos, no quedó entre las finalistas, hecho que contrastó
con los pronósticos. Cuando la cortina del Teresa Carreño
iba desapareciendo su moldeado cuerpo de la vista del público y
los televidentes, Fabiola sintió que se le caía el mundo
encima y que no cumpliría sus sueños.
Sin
embargo, su tesón pudo más que el desgano y no lo dudó
en acercarse hasta Venevisión para conseguir trabajo de animadora,
sin contar con que sería objeto del famoso "ojo clínico"
de Arquímedes Rivero, gerente de dramáticos de este canal.
Tras un casting, la escogió para lanzarla por todo lo alto, como
la villana de la telenovela Como tú ninguna (finales de
1994), la cual se transmitió en Venezuela en el horario
vespertino y donde también se iniciaron en plan estelar, sus
colegas Grabriela Spanic y Eduardo Luna. En esta historia escrita entre
Carlos Romero (venezolano radicado en México) y Alberto Gómez,
Fabiola encarnó a Yamilex, una chica de alta posición
social, frívola y malcriada, que le hizo la vida a cuadritos a la
humilde protagonista, para no dejarse quitar el amor de su novio.
En
1996 regresa a las novelas con otro rol de antagonista en Sol de
tentación (de Vivel Nouel, transmitida en el horario estelar
de las nueve de la noche), dando vida a la recordada Martita Irazabal,
quien se alió en la trama con el psicópata Emilio Verdugo
(Adolfo Cubas) para que su esposo (Miguel de León) no consiguiera
la felicidad al lado de la sufrida Sol (Natalia Streignard). Con este
personaje, Fabiola logró destacarse al darle un toque más
humano, pues a pesar de sus maldades, Martita mostraba sentimientos
hacia su hija (Jennifer Rodríguez). Esto lo logró gracias
a la asesoría de una profesora de actuación cubana, que
siempre lleva en su recuerdo.
Mientras
le asignaban otro personaje en telenovelas, se mantuvo en clases de
baile (su otra gran pasión), actuación y vocalización
y tuvo la oportunidad de incursionar en el teatro, protagonizando la
comedia Aquí nadie paga, original del prestigioso escritor
Premio Nobel, Darío Fo. Aquí fue dirigida por Jorge
Palacios y se presentó en el teatro de su propiedad.
En
1997 realiza una participación especial en el dramático Amor
mío (emitido en las tardes), donde entró en la etapa
final para interpretar a Yolanda, una ingenua y tierna costeña
que recoge al protagonista de la historia en su hogar y termina enamorándose
de él.
Ese
mismo año, volvió a las tablas con un importante papel de
mujer esotérica en la exitosa comedia Millán Souflé,
dirigida y producida por Guillermo Dávila. Esa obra se estrenó
en La Casa del Artista, donde tuvo dos temporadas de rotundo éxito
de taquilla y también recorrió otras importantes plazas de
Venezuela, como Maracay, Valencia, Barquisimeto y Maracaibo, entre otras.
En
septiembre, volvió al escenario del Miss Venezuela, pero para
presentarse en el número especial del opening del espectáculo.
Ella y otras destacadas colegas, recrearon un musical transformadas en
la gran diva Marilyn Monroe, siendo Fabiola la que se llevó más
elogios por su perfecta caracterización física y actoral.
1998
fue su gran año dentro de la actuación, pues con el
personaje de Zandra, genialmente creado por la pluma de Leonardo Padrón
para la recordada telenovela El país de las mujeres (9 pm),
logró quitarse por fin la etiqueta de "Ex Miss", para
ser reconocida como una de las más prometedoras y talentosas
actrices de la nueva generación. De personalidad posesiva,
insegura y celosa por culpa de su esposo Fabián (Jean Carlo
Simancas), este rol le valió todos los aplausos de la prensa
especializada y el público, además de demostrar que
contaba con la suficiente capacidad histriónica para encabezar el
elenco de una producción dramática.
Al
terminar este telenovela, se dedicó otra vez a las tablas,
encarnando a Nereida Natividad Pérez en la obra "Féminas"
(presentada en La Casa del Artista), una actriz venida a menos que se reúne
con sus amigas de toda la vida (Alicia Plaza y Elisa Escámez)
para hablar del calvario que representan para ellas los hombres, de sus
penas y desgracias, pero con un atractivo toque de humor.
Luego
de ese gratificante trabajo, a finales de 1999 volvió a las
novelas como villana en la telenovela estelar de Venevisión, Toda
mujer, haciendo de Katiuska, una temible mujer, de armas tomar y
envuelta en un look de aires gitanos, que hace todo lo posible por
quedarse con el amor del protagonista (Víctor Cámara).
Ese
año también cumplió otro de sus grandes sueños:
debutar como animadora oficial de un programa. Fue seleccionada por la
Lotería del Táchira, para ser la presentadora (junto a
Daniel Somaroó) del juego "Triple Táchira",
donde comparte en vivo con el público y cumple el sueño de
varios venezolanos, al repartir gran cantidad de dinero.
Fabiola
Colmenares sigue una carrera artística ascendente, que de seguro
la llevará muy lejos. Creyente en sus convicciones de trascender
en el mundo de la actuación, amante del baile (especialmente del
tango), a veces se describe como "una loca de atar".
Detrás
de su apariencia distante, formal y la palidez de su bello cutis, se
esconde una joven simpática, soñadora, echadora de broma y
a la vez frágil, una cinéfila que se la pasa apreciando
obras del séptimo arte (bien sea en las salas de cine o en videos
alquilados, en compañía de su esposo Juan Carlos),
disfruta de la lectura y de la música de Ricardo Arjona, Joaquín
Sabina y Hombres G, grupo que le rememora su etapa adolescente, cuando
libraba batallas al lado se su incondicional hermano. En fin, toda una
mujer llena de encantos, atractivos, voz dulce, un inmenso talento y don
de ser humano.
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